domingo, 28 de marzo de 2010

EMOCIONES NEGATIVAS Y POSITIVAS


El conocimiento de sí mismo y produce paz, bienestar y felicidad  aunque es un camino a veces dificil. Según el Cuarto Camino, la eliminación de las emociones negativas y destructivas mediante la observación de sí mismo nos lleva a la paz y a la iluminación mediante la cual disfrutamos de todo y nos sentimos bien con los demás.

El trabajo sobre la transmutación interna es una labor útil y maravillosa que el hombre puede hacer y la que más beneficiará a los demás con los que se pueda poner en contacto. Si un hombre no ha despertado ¿Cómo servirá a los demás a fin de que despierten? Como dijo Jesús el Cristo ¿Acaso si un ciego guía a otro ciego no irán los dos a parar a la misma fosa?

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Great Amwell House, 30 de octubre de 1948.

EMOCIONES NEGATIVAS Y POSITIVAS

IDEA-TRABAJO

Con el fin de ponerse en contacto con los Centros Superiores es necesario destruir todas las emociones negativas. Las emociones negativas cierran la puerta, por así decir, a los Centros Superiores.

COMENTARIO

Si supiéramos lo que perdemos por nuestro continuo goce de las emociones negativas nos horrorizaríamos. Y en verdad, nos abandonamos con tanta frecuencia a las emociones negativas, evidentes o menos evidentes, groseras o sutiles, francas u ocultas, que cuando el Trabajo nos enseña que debemos destruirlas, es comparable a decir que hemos de matar nuestro Centro Emocional tal como es, profundamente negativo a veces. Pero como esto es imposible nos dicen que debemos purificar las emociones. Es preciso comprender que esta purificación de las emociones en el sentido de Trabajo impone la observación y la separación de las emociones negativas. Forma parte del trabajo cotidiano sobre si —esto es, la primera línea de trabajo. No es algo que se hace un día o dos (y luego se imagina saber todo sobre ello) sino algo que se ha de hacer toda la vida —al menos hasta que se produzca una adecuada cristalización.

Tal como somos, si se produjese un influjo súbito de las intensas fuerzas de alto voltaje de los Centros Superiores, resultaría de ello la cristalización de nuestro estado de ser tal como es ahora. Seria una situación desesperada. Imagínese a usted mismo, tal como es, fijado como una película o placa fotográfica cuando se la pone en el baño fijador. Nada podría ser cambiado. La acción reciproca entre los Centros Superiores y sus fuerzas transformadores en nuestro estado presente está maravillosa y misericordiosamente regulada. No le permite al hombre percibir interiormente y comprender más de lo que puede soportar útilmente. Se lo conduce, por así decir, a descubrir gradualmente y al cabo de un tiempo, un poco más acerca de su estado, de su nivel de ser, y por qué no ha de comportarse y hablar tal como lo hace en su estado mecánico. Si pudiera ser transformado en un nuevo ser por el alto voltaje de los Centros Superiores, luego todo el designio y proyecto de crear al Hombre como organismo auto-desarrollante seria reducido a nada —nihil— cero. De aquí proviene el origen de gran parte del pensar negativo —saber, ¿por qué, si existe un Dios o un Círculo Consciente de la Humanidad, no somos ayudados directamente? Vamos, tengamos paciencia con nuestras mentes insignificantes que se equivocan en todo. La razón por la cual no podemos cambiarnos en seres maravillosos es que eso debemos ganarlo. Aquí tenemos una persona llena de emociones negativas. Se queja de todo y convierte todo en un motivo para ser negativa.
Arguye: "Si hay un Dios, ¿por qué no hace que las cosas sean satisfactorias y agradables para mi?" ¿Cuál es la respuesta? Esta persona ha de trabajar sobre sí. ¿Por qué? Porque fue creada como un organismo capaz de desarrollo propio y los aconteceres de la vida le son dados para que se desarrolle. Si Dios o cualquier otro ente lo transformase en un Hombre Consciente, en un ser resplandeciente, todo el sentido de la vida en este planeta tendría que ser modificado.
De hecho, todo el Rayo de Creación y sus leyes crecientes tendrían que ser aniquilados. Comprendamos, pues, que hemos nacido como organismos auto-desarrollantes a modo de experimento en el laboratorio del Sol. El Trabajo dice que si este reciente experimento es un fracaso, el Hombre será barrido de la superficie de la Tierra, o se volverá muy pequeño, como las hormigas o las abejas, y se hará otro experimento de un ser auto-desarrollante en el planeta. A este respecto —esta profunda fuente de emoción negativa— tenemos la acostumbrada observación: "Si hay un Dios, ¿por qué permite que sucedan cosas como la guerra, etc.?" ¿Cual es la respuesta del Trabajo? El Trabajo responde que es el nivel de ser del Hombre lo que atrae su vida. Las guerras, la crueldad, los horrores, ocurren porque el Hombre está en un nivel de ser que atrae tales cosas.
Presten ahora cuidadosa atención. El hombre y su nivel de ser son la causa de todas estas cosas y mientras el Hombre no intente despertar y desarrollarse, dichas cosas seguirán produciéndose inevitablemente. Quiero decir, el Hombre las atraerá. Estamos hechos como organismos capaces de desarrollo propio —esto es, podemos trabajar sobre nosotros mismos y cambiar nuestro ser— individualmente. Si todos cambiáramos, las guerras cesarían.
Estudien su ser. Descubrirán que está gobernado "in extenso" por emociones negativas. Mientras esto siga así, no se puede recibir ayuda de un nivel superior —esto es, de los Centros Superiores. Si somos creados como organismos auto-desarrollantes y no intentamos hacer uso de esta libertad, ¿por qué culpar a "Dios" por no inmiscuirse en nuestros asuntos? ¿Cómo podría ser un organismo auto-desarrollante si en todo momento alguien se entrometiera en lo que hace? No ve, por tanto,, que para lograr la purificación del Centro Emocional necesaria para ponerse en contacto con los Centros Superiores —los cuales representan en nosotros el Círculo Consciente de la Humanidad y tratan continuamente de ayudamos, si tan sólo les prestáramos atención— hemos de tener una recta forma de pensar, una recta idea mental, y de este modo una recta actitud sobre porqué las cosas son como son en la Tierra. Gurdjieff, a quien una vez se le preguntó el se podía impedir las guerras, dijo: "Sí. Pero el Hombre ha de cambiarse a sí mismo para que ciertas vibraciones no hagan de él un ser violento. Las guerras no son causadas por el Hombre. El origen de las guerras es extraterrestre, tal como el cruce de dos planetas que provocan una tensión y ciertas vibraciones. La humanidad mecánica traduce esta tensión en emociones violentas y así de ello resultan las guerras. Si el Hombre llega a ser más consciente, puede, al contrario, recibir energía de estas vibraciones en la forma de un acrecentamiento de conciencia".
Ahora bien, regresemos brevemente al título de esta nota —a saber, "Emociones Negativas y Emociones Positivas". Todas las emociones positivas provienen de los Centros Superiores —y es por eso que debemos trabajar sobre las emociones negativas. Su calidad es tal que en ellas no hay opuestos. Es decir, son la Tercera Fuerza, o, como dicen los Evangelios, el "Espíritu Santo". Son "Sí y No" —no "Si o No". Nadie puede crear, dar nacimiento, hacer una emoción positiva. Por eso el Sr. Ouspensky dijo:: "Las emociones positivas nos sobrevienen como recompensas". Esto es, si un hombre resuelve secreta, solitariamente, y no en la soledad de su si negativo sino en la de su propio espíritu, trabajar sobre si mismo respecto del origen de alguna emoción negativa —si ese hombre, completamente sólo, en este lugar solitario en sí mismo, lleno de la integridad de su Yo más Real, ha resuelto, ha tomado una decisión, la de no identificarse ni alimentar una emoción negativa dada— si, en suma, ha cerrado la puerta y entrado dentro de sí (tal como se dice en Mateo: "entra en su aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto") luego "tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en publico" (Mateo, VI. 6). ¿Cuál es la recompensa? Saboreará emociones positivas por un breve momento —algo bendito— esto es, pleno de tal beatitud que nada en las emociones humanas de amor-odio pueda comparársele. Lo que consideramos emociones positivas (sentirse bien, sentirse es óptimas condiciones, sentirse como si la tierra nos perteneciera, lleno de auto-admiración, etc.), puede tomarse instantáneamente en emociones negativas. Tales emociones, estas placenteras emociones, no son emociones positivas; las emociones positivas nunca cambian en sus opuestos sino que nos visitan y luego se retiran.
Pero a no ser que trabajemos —que valoremos realmente este trabajo sobre los estados negativos, que luchemos para no creer en ellos, que limpiemos los establos de Augias del estiércol de los estados negativos, que erijamos al Dios en nosotros mismos, el espíritu individual, para luchar como Hércules, que limpió los Establos con el Río de la Verdad, a no ser que lo hagamos, estamos en verdad separados de toda ayuda interior y de todo el profundo apoyo que nos pueden dar los Centros Superiores, una vez que hemos levantado y construido el instrumento receptivo intermedio. La Falsa Personalidad lo impedirá. Toda la humanidad podría ser ayudada —si pudiera edificar este aparato receptivo intermediario en su mente y corazón— Sí —pero haría, entre otras cosas, que la Falsa Personalidad y todos sus valores espurios sean tan pasivos, tan débiles, que su influencia fuera insignificante. Permítanme recordarles que cuando mi mujer y yo fuimos al Instituto de Gurdjieff en Francia, nos dijeron: "Aquí la Personalidad apenas tiene derecho a existir". Pues bien, reflexionen ustedes mismos sobre este particular.
Maurice Nicoll, Comentarios psicológicos sobre las Enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky, Tomo IV, páginas 9-11, Editorial Kier, Buenos Aires, 1997.

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