En esta ocasión me complazco en presentaros el primer comentario del Tomo I de la obra principal de Maurice Nicoll Comentarios psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky que en realidad es una carta personal que escribió Maurice Nicoll a un amigo y discípulo de la Enseñanza del Trabajo.
En esencia contiene las siguientes ideas:
El hombre no puede desarrollarse interiormente de una forma natural. Ha de realizar un Trabajo sobre sí mismo. Podemos estar toda la vida en estado de "sueño" y no conseguiremos adelantar en la autoconsciencia. Por esto, a lo largo de la historia, el auténtico desarrollo del hombre no se observa que se haya realizado.
El nivel del hombre atrae su vida. Si no cambiamos de nivel o cualidad interior seguiremos repitiendo la misma vida sin sentido, vida desgraciada y sin liberación espiritual. Estos niveles son niveles de consciencia y realización en los planos interiores.
Existe una dirección vertical (la del cambio del ser cuando se realiza el Trabajo Interior) y una horizontal (presente, pasado, futuro) donde no cambia el ser (la de la vida dentro del sueño cotidiano).
Primero nacemos con una Esencia, luego se construye la Personalidad sobre ella (cuanto más rica y armonizada, mejor) y luego viene un segundo crecimiento de la Esencia mediante el Trabajo sobre sí y sólo mediante esta condición.
Como resumen, podemos decir que podemos estar toda la vida siendo una bellota, sin convertirnos en árbol, y terminar siendo comidos por los cerdos.
Fragmento de Maurice Nicoll perteneciente a la obra Comentarios psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky (Tomo I).
En esencia contiene las siguientes ideas:
El hombre no puede desarrollarse interiormente de una forma natural. Ha de realizar un Trabajo sobre sí mismo. Podemos estar toda la vida en estado de "sueño" y no conseguiremos adelantar en la autoconsciencia. Por esto, a lo largo de la historia, el auténtico desarrollo del hombre no se observa que se haya realizado.
El nivel del hombre atrae su vida. Si no cambiamos de nivel o cualidad interior seguiremos repitiendo la misma vida sin sentido, vida desgraciada y sin liberación espiritual. Estos niveles son niveles de consciencia y realización en los planos interiores.
Existe una dirección vertical (la del cambio del ser cuando se realiza el Trabajo Interior) y una horizontal (presente, pasado, futuro) donde no cambia el ser (la de la vida dentro del sueño cotidiano).
Primero nacemos con una Esencia, luego se construye la Personalidad sobre ella (cuanto más rica y armonizada, mejor) y luego viene un segundo crecimiento de la Esencia mediante el Trabajo sobre sí y sólo mediante esta condición.
Como resumen, podemos decir que podemos estar toda la vida siendo una bellota, sin convertirnos en árbol, y terminar siendo comidos por los cerdos.
Fragmento de Maurice Nicoll perteneciente a la obra Comentarios psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky (Tomo I).
"The Knapp - Birdlip Gloucestershire, 27 de marzo de 1941.
Estimado Bush:
Me interesó mucho tener su informe de la reunión del 20 de marzo. Creo que sería preferible que yo le escribiese sobre la base de las cuestiones acerca de las cuales me informó y de las notas personales que usted escribió.
En primer lugar lo que ha de comprenderse es que en esta tierra el hombre está en una situación muy extraña. Cuando oí por primera vez esta idea acerca del hombre me impresionó muchísimo. Por lo común, claro está, nos imaginamos que el hombre puede crecer y desarrollarse en una forma a la que podríamos llamar naturalmente normal, simplemente por la educación, el ejemplo y así en lo sucesivo. Empero, si contemplamos la historia, vemos que el hombre no se ha desarrollado realmente, y en particular si contemplamos el presente no podemos jactarnos de que el hombre haya alcanzado una etapa más adelantada de desarrollo.
Basta mirar un instante los horrores que la humanidad se impone a sí misma en la actualidad.
Sin embargo, la gente está propensa a imaginarse que el tiempo significa progreso y que todo se vuelve cada vez mejor a medida que el tiempo pasa. Y por regla general la gente toma las contradicciones obvias como si fueran excepcionales. Es decir, la gente siempre se inclina a creer que lo que son circunstancias de vida comunes y siempre presentes, en un mal sentido, son en realidad excepcionales. Estará usted de acuerdo conmigo en que la gente considera habitualmente la guerra como algo excepcional. Empero, debe admitirse que si toma cualquier libro de historia verá que trata sobre todo de guerras, y con la guerra, de intrigas, de gente que busca el poder y así sucesivamente. En realidad, a menos de tener la fuerza de ánimo que nos permita ver qué es la vida ordinaria en este planeta, permaneceremos en la imaginación, o en la ilusión, si usted prefiere esta palabra. Como ha de saber, en este sistema de trabajo, entre los muchos dichos que poseen gran densidad de significación —a saber," que demandan mucho tiempo para comprenderlos— hay uno que dice que "el nivel de ser de un hombre atrae su vida". Este dicho se aplica a la humanidad en general —es decir, el nivel general de humanidad con respecto a su ser. atrae la forma de vida que experimenta. Es inútil pensar que las guerras y los horrores y las revoluciones, etc., son excepcionales. Lo que es responsable es el nivel de ser de la gente. Pero nadie está dispuesto a admitirlo y cada vez que la guerra tiene lugar, como dije, la gente lo toma como algo excepcional, y hasta habla acerca de un futuro libre de guerras, tan pronto como la guerra en curso ha concluido. Podemos ver que el mismo proceso sucede ahora. La historia se repite porque el hombre permanece en el mismo nivel de ser —a saber, atrae una y otra vez las mismas circunstancias, siente las mismas cocas, dice las mismas cosas, espera las mismas cosas. cree en las mismas cosas. Y empero nada cambia en realidad. Todos los artículos que fueron escritos en la última guerra son exactamente iguales a los artículos escritos en esta guerra, y lo serán para siempre jamás. Pero lo que nos atañe, más es que la misma idea se aplica a nosotros, a cada persona individual. Mientras no se produzca un cambio en el nivel de ser, la historia personal de un hombre seguirá siendo la misma.
Todas las cosas se repiten en su propia vida: dice las mismas cosas, hace las mismas cosas, lamenta las mismas cosas, comete las mismas cosas. Y todo ello pertenece a la inmensamente profunda idea de que el nivel de ser atrae su vida.
Ocupémonos de algunas de las principales ideas que plantean la cuestión de cómo le es posible cambiar de ser a un hombre. Toda esta obra se refiere a un cambio de ser —es decir, un cambio del nivel de ser en el que el hombre está naturalmente— en la vida ordinaria. Lo que primero se ha de comprender aquí es que cada uno de nosotros está en cierto nivel de ser.
Con respecto a esto es preciso visualizar una dirección vertical o una escalera que se extiende por así decir de abajo arriba y que tiene muchos escalones. La gente —nosotros todos— está en uno o en otro de los escalones de esta escalera que se extiende verticalmente por debajo y por encima de nosotros. Esta escalera es muy diferente del tiempo —a saber, del pasado, presente y futuro que podemos imaginar como una línea horizontal. Con el fin de aclarar el significado de mis palabras, me gustaría preguntarle cómo se imagina el tiempo —es decir, el paso del tiempo del pasado al presente y al futuro. Por lo general, la clase de esperanza mecánica que la gente alimenta se relaciona con la idea de tiempo que fluye hacia el futuro donde las cosas serán mejores, o donde ellos serán mejores y así sucesivamente. Pero esa escalera de la que estamos hablando y que se refiere a los diferentes niveles de ser no tiene nada que ver con el tiempo lineal. Un nivel más alto de ser está inmediatamente por encima de todos nosotros en este mismo instante. No está en el futuro del tiempo sino en nosotros mismos en este momento mismo, ahora. Todo el trabajo sobre sí, todo el trabajo personal que trata de la represión de las emociones negativas, del recuerdo de sí, de la no identificación con las penas y molestias, de no rendir cuentas, etc., tiene que ver con cierta acción que puede tener lugar en upo mismo en este momento —ahora— si tratamos de ser más conscientes y recordamos qué es lo que estamos intentando hacer en este trabajo. Es decir, el trabajo se ocupa de cierta transformación del instante, del momento, del presente, a través de la acción del trabajo mismo. Por ejemplo, un hombre que se encuentra desesperado, si se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a sí mismo, o de darse cualquier otra clase de choque consciente, tal como el de comprender el sentido de su actitud es decir, en otras palabras, si trata de "transformarse", de transformar su reacción mecánica a las circunstancias que !o rodean en ese momento ve con sorpresa que de repente todo ha cambiado, su estado de ánimo depresivo desaparece, y se encuentra en una nueva atmósfera en la cual se pregunta cómo pudo haber estado en su estado anterior. Esto representa un cambio momentáneo en el nivel de ser porque no existe un nivel de ser exacto, sino un promedio general de nivel en el cual hay grados más altos y más bajos. Pero aquí estamos hablando de la aplicación del trabajo al cambio en lo que concierne al nivel de ser. Estamos hablando acerca de lo que podría llamarse la tercera etapa de un hombre y ahora explicaré qué quiero decir con ello.
Como se dijo, un hombre nace como esencia y esto constituye su verdadera parte, la parte desde la cual puede realmente crecer y desarrollarse. Pero esta parte sólo puede crecer de una manera muy reducida. No tiene la fuerza de crecer más por si misma después de la edad de tres o cuatro o cinco años. Llamémoslo la primera etapa de un hombre. Es decir, que esta primera etapa es pura esencia capaz de crecer por sí misma hasta cierto nivel, pero que no tarda en alcanzar un punto más allá del cual no puede crecer más. He observado en algunas de las preguntas que me hace usted en su carta que este punto acerca del hombre no ha sido comprendido, por eso voy a repetirlo otra vez. Como dije, este sistema enseña que la esencia en el hombre sólo puede crecer muy poco por sí misma. Es preciso que entienda lo que quiero decir. La gente piensa naturalmente que el crecimiento y el desarrollo es algo continuo o que habría de serlo, pero la notable idea enseñada por este sistema nos dice que no ocurre así. La esencia del hombre sólo puede crecer por sí misma sin ayuda en pequeñísimo grado, y en este caso el hombre no es sino un niñito. Con el fin de que crezca más, algo debe suceder. Algo debe formarse en torno de la esencia y esto es llamado personalidad. La esencia debe estar rodeada por algo que es en realidad ajeno a ella, algo que se adquiere de la vida, que entra a través de los sentidos. Un niñito debe dejar de ser él mismo y llegar a ser algo diferente de sí mismo. Como ya le dije, el centro de gravedad de sí empieza a pasar de la esencia a la personalidad. Aprende toda clase de cosas, imita toda clase de cosas, y así prosigue. Esta formación de la personalidad que es necesaria para el desarrollo de la esencia puede llamarse la segunda etapa del hombre. Pero, es preciso comprender claramente lo que se quiere decir aquí. El futuro desarrollo de la esencia depende de la formación que se produzca a su alrededor. Si se forma una personalidad muy pobre, una personalidad muy débil, no es suficiente para ayudar a un nuevo crecimiento de esencia que mencionaremos cuando lleguemos a la tercera etapa. En la segunda etapa, tiene lugar la formación de la personalidad, y, como dijimos, cuanto más rica sea tanto mejor. Pero he observado que algunos de ustedes no han entendido el significado de lo que se ha dicho aquí. La razón por la cual no han comprendido lo que se dijo- aquí es porque no ven la extraordinaria situación en que se encuentra el hombre —a saber, que el hombre no puede crecer continuamente desde la esencia porque la esencia es demasiado débil para crecer por si misma. El próximo crecimiento de esencia depende ante todo de la formación de personalidad y cuanto más rica es la personalidad mejor será eventualmente el crecimiento de la esencia, pero, hablando en términos generales, la formación de la personalidad es por entero suficiente para los propósitos de la vida. Un hombre se encuentra en una buena posición, frente a la vida, mediante la formación de una rica personalidad. Pero este trabajo, esta enseñanza, se refieren a una nueva etapa del hombre, y esta etapa la llamaré la tercera etapa."
Maurice Nicoll, Comentarios psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky. Tomo I, páginas 7-9.
Estimado Bush:
Me interesó mucho tener su informe de la reunión del 20 de marzo. Creo que sería preferible que yo le escribiese sobre la base de las cuestiones acerca de las cuales me informó y de las notas personales que usted escribió.
En primer lugar lo que ha de comprenderse es que en esta tierra el hombre está en una situación muy extraña. Cuando oí por primera vez esta idea acerca del hombre me impresionó muchísimo. Por lo común, claro está, nos imaginamos que el hombre puede crecer y desarrollarse en una forma a la que podríamos llamar naturalmente normal, simplemente por la educación, el ejemplo y así en lo sucesivo. Empero, si contemplamos la historia, vemos que el hombre no se ha desarrollado realmente, y en particular si contemplamos el presente no podemos jactarnos de que el hombre haya alcanzado una etapa más adelantada de desarrollo.
Basta mirar un instante los horrores que la humanidad se impone a sí misma en la actualidad.
Sin embargo, la gente está propensa a imaginarse que el tiempo significa progreso y que todo se vuelve cada vez mejor a medida que el tiempo pasa. Y por regla general la gente toma las contradicciones obvias como si fueran excepcionales. Es decir, la gente siempre se inclina a creer que lo que son circunstancias de vida comunes y siempre presentes, en un mal sentido, son en realidad excepcionales. Estará usted de acuerdo conmigo en que la gente considera habitualmente la guerra como algo excepcional. Empero, debe admitirse que si toma cualquier libro de historia verá que trata sobre todo de guerras, y con la guerra, de intrigas, de gente que busca el poder y así sucesivamente. En realidad, a menos de tener la fuerza de ánimo que nos permita ver qué es la vida ordinaria en este planeta, permaneceremos en la imaginación, o en la ilusión, si usted prefiere esta palabra. Como ha de saber, en este sistema de trabajo, entre los muchos dichos que poseen gran densidad de significación —a saber," que demandan mucho tiempo para comprenderlos— hay uno que dice que "el nivel de ser de un hombre atrae su vida". Este dicho se aplica a la humanidad en general —es decir, el nivel general de humanidad con respecto a su ser. atrae la forma de vida que experimenta. Es inútil pensar que las guerras y los horrores y las revoluciones, etc., son excepcionales. Lo que es responsable es el nivel de ser de la gente. Pero nadie está dispuesto a admitirlo y cada vez que la guerra tiene lugar, como dije, la gente lo toma como algo excepcional, y hasta habla acerca de un futuro libre de guerras, tan pronto como la guerra en curso ha concluido. Podemos ver que el mismo proceso sucede ahora. La historia se repite porque el hombre permanece en el mismo nivel de ser —a saber, atrae una y otra vez las mismas circunstancias, siente las mismas cocas, dice las mismas cosas, espera las mismas cosas. cree en las mismas cosas. Y empero nada cambia en realidad. Todos los artículos que fueron escritos en la última guerra son exactamente iguales a los artículos escritos en esta guerra, y lo serán para siempre jamás. Pero lo que nos atañe, más es que la misma idea se aplica a nosotros, a cada persona individual. Mientras no se produzca un cambio en el nivel de ser, la historia personal de un hombre seguirá siendo la misma.
Todas las cosas se repiten en su propia vida: dice las mismas cosas, hace las mismas cosas, lamenta las mismas cosas, comete las mismas cosas. Y todo ello pertenece a la inmensamente profunda idea de que el nivel de ser atrae su vida.
Ocupémonos de algunas de las principales ideas que plantean la cuestión de cómo le es posible cambiar de ser a un hombre. Toda esta obra se refiere a un cambio de ser —es decir, un cambio del nivel de ser en el que el hombre está naturalmente— en la vida ordinaria. Lo que primero se ha de comprender aquí es que cada uno de nosotros está en cierto nivel de ser.
Con respecto a esto es preciso visualizar una dirección vertical o una escalera que se extiende por así decir de abajo arriba y que tiene muchos escalones. La gente —nosotros todos— está en uno o en otro de los escalones de esta escalera que se extiende verticalmente por debajo y por encima de nosotros. Esta escalera es muy diferente del tiempo —a saber, del pasado, presente y futuro que podemos imaginar como una línea horizontal. Con el fin de aclarar el significado de mis palabras, me gustaría preguntarle cómo se imagina el tiempo —es decir, el paso del tiempo del pasado al presente y al futuro. Por lo general, la clase de esperanza mecánica que la gente alimenta se relaciona con la idea de tiempo que fluye hacia el futuro donde las cosas serán mejores, o donde ellos serán mejores y así sucesivamente. Pero esa escalera de la que estamos hablando y que se refiere a los diferentes niveles de ser no tiene nada que ver con el tiempo lineal. Un nivel más alto de ser está inmediatamente por encima de todos nosotros en este mismo instante. No está en el futuro del tiempo sino en nosotros mismos en este momento mismo, ahora. Todo el trabajo sobre sí, todo el trabajo personal que trata de la represión de las emociones negativas, del recuerdo de sí, de la no identificación con las penas y molestias, de no rendir cuentas, etc., tiene que ver con cierta acción que puede tener lugar en upo mismo en este momento —ahora— si tratamos de ser más conscientes y recordamos qué es lo que estamos intentando hacer en este trabajo. Es decir, el trabajo se ocupa de cierta transformación del instante, del momento, del presente, a través de la acción del trabajo mismo. Por ejemplo, un hombre que se encuentra desesperado, si se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a sí mismo, o de darse cualquier otra clase de choque consciente, tal como el de comprender el sentido de su actitud es decir, en otras palabras, si trata de "transformarse", de transformar su reacción mecánica a las circunstancias que !o rodean en ese momento ve con sorpresa que de repente todo ha cambiado, su estado de ánimo depresivo desaparece, y se encuentra en una nueva atmósfera en la cual se pregunta cómo pudo haber estado en su estado anterior. Esto representa un cambio momentáneo en el nivel de ser porque no existe un nivel de ser exacto, sino un promedio general de nivel en el cual hay grados más altos y más bajos. Pero aquí estamos hablando de la aplicación del trabajo al cambio en lo que concierne al nivel de ser. Estamos hablando acerca de lo que podría llamarse la tercera etapa de un hombre y ahora explicaré qué quiero decir con ello.
Como se dijo, un hombre nace como esencia y esto constituye su verdadera parte, la parte desde la cual puede realmente crecer y desarrollarse. Pero esta parte sólo puede crecer de una manera muy reducida. No tiene la fuerza de crecer más por si misma después de la edad de tres o cuatro o cinco años. Llamémoslo la primera etapa de un hombre. Es decir, que esta primera etapa es pura esencia capaz de crecer por sí misma hasta cierto nivel, pero que no tarda en alcanzar un punto más allá del cual no puede crecer más. He observado en algunas de las preguntas que me hace usted en su carta que este punto acerca del hombre no ha sido comprendido, por eso voy a repetirlo otra vez. Como dije, este sistema enseña que la esencia en el hombre sólo puede crecer muy poco por sí misma. Es preciso que entienda lo que quiero decir. La gente piensa naturalmente que el crecimiento y el desarrollo es algo continuo o que habría de serlo, pero la notable idea enseñada por este sistema nos dice que no ocurre así. La esencia del hombre sólo puede crecer por sí misma sin ayuda en pequeñísimo grado, y en este caso el hombre no es sino un niñito. Con el fin de que crezca más, algo debe suceder. Algo debe formarse en torno de la esencia y esto es llamado personalidad. La esencia debe estar rodeada por algo que es en realidad ajeno a ella, algo que se adquiere de la vida, que entra a través de los sentidos. Un niñito debe dejar de ser él mismo y llegar a ser algo diferente de sí mismo. Como ya le dije, el centro de gravedad de sí empieza a pasar de la esencia a la personalidad. Aprende toda clase de cosas, imita toda clase de cosas, y así prosigue. Esta formación de la personalidad que es necesaria para el desarrollo de la esencia puede llamarse la segunda etapa del hombre. Pero, es preciso comprender claramente lo que se quiere decir aquí. El futuro desarrollo de la esencia depende de la formación que se produzca a su alrededor. Si se forma una personalidad muy pobre, una personalidad muy débil, no es suficiente para ayudar a un nuevo crecimiento de esencia que mencionaremos cuando lleguemos a la tercera etapa. En la segunda etapa, tiene lugar la formación de la personalidad, y, como dijimos, cuanto más rica sea tanto mejor. Pero he observado que algunos de ustedes no han entendido el significado de lo que se ha dicho aquí. La razón por la cual no han comprendido lo que se dijo- aquí es porque no ven la extraordinaria situación en que se encuentra el hombre —a saber, que el hombre no puede crecer continuamente desde la esencia porque la esencia es demasiado débil para crecer por si misma. El próximo crecimiento de esencia depende ante todo de la formación de personalidad y cuanto más rica es la personalidad mejor será eventualmente el crecimiento de la esencia, pero, hablando en términos generales, la formación de la personalidad es por entero suficiente para los propósitos de la vida. Un hombre se encuentra en una buena posición, frente a la vida, mediante la formación de una rica personalidad. Pero este trabajo, esta enseñanza, se refieren a una nueva etapa del hombre, y esta etapa la llamaré la tercera etapa."
Maurice Nicoll, Comentarios psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky. Tomo I, páginas 7-9.
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